Queridos lectores de Luna de Abril, la astrología del mes de Marzo es intensa y provocadora. Cerramos un ciclo importante con la última cuadratura entre Urano y Plutón. Lo que abrimos en Junio de 2012 cierra su ciclo el 17 de este mes. Este proceso de tres años es un fractal , una semilla que seguirá su curso. A partir de ahora entramos en otra narrativa, no sin antes pasar por el portal de dos eclipses y el retorno de Saturno por el signo de Escorpio. Aquí va el artículo de la LUNA LLENA del 5 de MARZO centrado especialmente en la conjunción de MARTE y VENUS en ARIES.
El pasado 22 de febrero, Marte y Venus se encontraron en el primer grado de Aries. Esta conjunción entre Marte, el principio Masculino, y Venus, el principio Femenino, en el fuego de la acción de Aries es la antesala de la energía de Marzo, mes en que volvemos de lleno a la energía evolutivas y transformadoras de las siete cuadraturas entre Urano y Plutón que moldean el escenario evolutivo de esta era. Somos una generación experimental en la medida que somos el laboratorio del cambio en acción. Somos conciencia evolutiva hecha experiencia en el aquí y ahora de estos tiempos. Esta es una era de profundas transformaciones gestada en nuestro interior, en nuestro corazón, en nuestro cuerpo, en nuestra experiencia de nosotros mismos.
La última de estas siete cuadraturas entre Urano y Pluto es el 17 de Marzo, seguida por la Luna nueva en Piscis y un eclipse solar total. Es probable que hemos sentido la presión subir durante el mes de Febrero, especialmente es las últimas dos semanas. Para muchos ha sido como una marcha atrás, una entrada de nuevo a la espiral del cambio con coletazos kármicos y algunos fantasmas del pasado que creíamos olvidados. Un contacto directo con lo no iluminado, lo no nombrado, lo oculto, con la sombra, emerge nuevamente. Algo ha vuelto desde el fondo de pozo para que lo miremos de frente, lo acojamos, lo integremos. Es una nueva vuelta en la espiral. Démosle la bienvenida.
Entre el 28 de febrero y el 3 de Marzo, Venus estará en contacto con Urano en Aries, y Marte hará lo propio entre el 3 y el 18 de Marzo. El camino evolutivo y la transformación que experimentamos desde lo más profundo de nuestro ser está en el corazón mismo de nuestras relaciones, de nuestros vínculos y asociaciones. Este es el caldero en el que nos experimentamos a nosotros mismos en el espejo del otro. Miremos bien lo que acontece en nuestros vínculos, ya sea en la pareja, en la amistad, con nuestros pacientes y clientes, nuestros terapeutas y maestros, ya que ahí encontraremos el reflejo de lo que nuestro Ser está reclamando.
Venus nos habla de valores e integridad, Marte de voluntad, acción y valentía. Caminar y actuar con integridad, caminar con voluntad de ser íntegros es el guión de fondo de esta narrativa. Ser íntegros con nosotros mismos y sostener esta integridad en nuestros vínculos requiere valor, coraje y fuerza. Estas energías están a la disposición que quien quiere mirarse profundamente en su interior con la conciencia de que somos creadores de nuestra propia realidad y que es desde nuestro proceso de individuación, autonomía y soberanía personal que podemos crear y manifestar nuestros sueños y visiones.
Marte y Venus se suelen encontrar en un mismo grado de la rueda astrológica máximo una vez al año. En el 2015 tenemos el privilegio de experimentar tres conjunciones de los amantes del zodiaco. La primera de estas conjunciones ocurrió el 22 de febrero en el primer grado de Aries, un grado alquímico en el que lo personal y lo colectivo son uno. En el que el pasado y el futuro se reúnen en la rueda del tiempo, en nuestra conciencia en el aquí y ahora. ¿qué significa esta narrativa en nuestro proceso evolutivo?
Primero, que este año nos ofrece maravillosas oportunidades de traspasar las barreras del género y de reconocer que cada uno de nosotros somos una dualidad masculina y femenina. Este es un buen momento para ser sinceros, sentir y observar nuestra parte masculina y nuestra parte femenina, su expresión, su manifestación independientemente del género que encarnamos.
Segundo, para encontrar el equilibrio y la armonía en nuestras relaciones es importante que nos centremos en el trabajo interno de reconocer la relación entre nuestra parte masculina y nuestra parte femenina. ¿cómo es nuestro vínculo interno? ¿estamos en paz o estamos en guerra? Cómo nos relacionamos con las mujeres y los hombres en nuestra vida nos ofrece un espejo claro de nuestra relación interna. Este es un buen momento para tener el valor de mirar de frente nuestra manera de vincularnos y de asumir con mucho amor nuestra responsabilidad en la calidad de nuestras relaciones.
Como dice el dicho en inglés, “it takes two to tango”. Si primero miramos nuestra danza interna es probable que podamos integrar con más fluidez lo que nuestras danzas externas nos quieren mostrar. Si no nos (re)conocemos íntimamente, ¿cómo podemos reconocer y cuidar la riqueza de nuestros vínculos con otras personas?
Tercero, parte del servicio que podemos hacer para la armonía y paz colectiva pasa por nuestros vínculos, y en la medida que seguimos proyectando fuera de nosotros aquello que no hemos reconocido como nuestro, propiciamos espacios de desarmonía y conflicto. Esto implica una transformación de lo que hemos aprendido hasta ahora sobre las relaciones, y una apertura a caminar juntos un nuevo territorio afectivo. Los viejos modelos vinculares están resultando opresivos, desgastantes y, sí, aburridos, en la medida que las antiguas creencias que influencian nuestras relaciones resultan limitantes para la expresión del amor, de la libertad expresiva y creativa que nuestro Ser necesita y merece experimentar. Este es un buen momento para interrogar y transformar los paradigmas vinculares que adoptamos como propios, ya sea por herencia familiar, cultura, educación, religión, moral.
Esta es la fuerza de Aries influenciada por la liberación de Urano. Urano es libertario, plural, fraternal y experimental. Nos invita a salir de la caja, de nuestra zona cómoda. Nuestro Ser está expandiendo su alas, está liberándose de condicionamientos kármicos, y experimentándose creativamente, y la primera frontera en la cual nos damos cuenta de nuestra evolución en este camino es en nuestras relaciones. Este es el caldero mágico del cual gestamos un nuevo tejido social de amor fraternal, de cooperación y colaboración. Si no nos tenemos a nosotros mismos, si no nos valoramos, competiremos por la atención, nos compararemos, lucharemos por nuestro lugar, reclamaremos lo que no nos damos y reprimiremos nuestros deseos por miedo al rechazo, al juicio o al ridículo.
La prioridad es nuestra relación con nosotros mismos : esa danza interna entre nuestra parte masculina y nuestra parte femenina, sea esta conflictiva, violenta, amorosa, apasionada, despiadada, profunda, armónica, ausente. Esta es la primera pregunta que nos hemos de hacer, esta es la primera etapa del camino que se abre ante nosotros, esta es la semilla. Sin esta conciencia íntima y personal no puede haber una valorización propia ni amor hacia nosotros. No puede haber integridad. Sin una mirada abierta y sincera hacia nuestra relación con nosotros mismos, no podemos aspirar a habitar el mundo con integridad y menos a construir vínculos verdaderamente sanos, amorosos, libres, creativos y soberanos.
Si nuestros conflictos se reflejan hacia el exterior, si estamos en guerra con alguien en particular, si nos sentimos despechados, abandonados, rechazados, olvidados o exigidos, demandados o presionados por otros, ¿no será acaso este un espejo de nuestro propio olvido, de nuestro propio rechazo interno, de nuestra propia exigencia interna?
La clave para navegar esta astrología es la de hacernos dueños de lo que sentimos en vez de necesitar a otra persona para actuar nuestro drama interno. La clave para navegar esta astrología es reconocer que tenemos un vacío de valor propio, una carencia de afecto interna que tiene sus raíces en un pasado ancestral. No nos machaquemos más, no nos castiguemos más. Estamos haciendo un servicio amoroso : estamos acogiendo la ignorancia de nuestros antepasados, sus luchas, sus carencias, sus miedos y sombras, y las estamos iluminando con nuestra conciencia. No es personal , es colectivo. Y aunque sí nos toca contactar con estas narrativas a nivel personal, es vital que comprendamos que estamos todos en el mismo barco, que vamos todos al mismo lugar.
Ese vacío, en vez de taparlo y llenarlo superficialmente con exceso de trabajo, comida, distracciones y entretenimiento haríamos bien en reconocerlo, habitarlo, nutrirlo y cuidarlo. Es un momento para ser profundamente sinceros y preguntarnos ¿qué estrategias tengo para escapar de mi verdad, de mi vacío, de mi misma, mismo? ¿qué hago para no verme, no sentirme, no reconocerme? ¿cómo huyo de mi deseo, de mi verdad? ¿cómo me traiciono? ¿cómo expreso mi falta de integridad? ¿cómo se expresa mi miedo a ser libre? ¿qué acción en mi vida pide valor, coraje?
Solo lo que está oculto tiene poder sobre nosotros. Lo no dicho, lo no expresado, lo que no nombramos, lo que desde nuestra infantil ingenuidad, nuestras idealizaciones y fantasías románticas y espirituales, queremos negar, esconder, callar. Para muchos mantener todo “bonito” es una manera de no enfrentar el dolor, la ausencia y el miedo.
Ahora Venus y Marte nos desafían a mirar de frente esta historia de amor que somos, a sentir profundo lo que nos aqueja, esa historia de amor o desamor en nuestro interior. No hay escusas, no hay miedo que detenga la fuerza del amor. El amor es fuego, el amor es poder, el amor es feroz. El amor es guerrero y todos tenemos una historia de amor latiendo en nuestro interior por nacer, por expresarse, por crear. Todos tenemos este fuego que quiere ser cuidado, alimentado, vivido y manifestado.
El nodo sur de la Luna , nuestra deuda kármica, está muy presente en la narrativa de Marzo. El pasado nos viene a pedir cuenta de las tareas que nos hemos saltado, de las relaciones y recursos que hemos dado por sentado, que no hemos cuidado, de la ira y el enfado que no hemos sabido canalizar creativamente, de la violencia que encubrimos con nuestros ritos sociales de entretenimiento y complacencia. ¿quién dijo que teníamos que ser buenos? ¿cuánto de nuestro tiempo y bienestar sacrificamos en nuestra complacencia social? ¿qué máscaras sociales usamos para encubrir nuestro vacío y nuestro dolor?
Podemos usar la energía de esta astrología de manera a que nos ayude a liberarnos de la conducta inconsciente que nos lleva a la repetición de patrones que nos violentan, nos exigen, nos hace sentir culpables o avergonzados porque no estamos estupendamente bien, porque no nos hemos iluminado, porque no estamos en una relación maravillosa, porque no estamos caminando nuestros sueños. ¿a quién queremos seducir? ¿cuánto esfuerzo hacemos por quedar bien con los demás? ¿porqué le damos tanta importancia y valor a lo externo y descuidamos tanto nuestro jardín interior?
Algo se destapa y nos deja ver cuán íntegros o falsos hemos sido. Démosle la bienvenida a esta desintegración, ya que es la única vía hacia la autenticidad. La Luna llena en Virgo el 5 de Marzo no da una pista . Virgo es el signo en que manifestamos nuestra integridad a través del auto-cuido, de nuestra salud y de nuestro cuerpo. Virgo nos invita a anclar nuestra energía en nuestra cotidianidad, nos recuerda que el Espíritu está en los detalles y que el cambio que aspiramos crear en el mundo, en nuestros proyectos y en nuestras relaciones tiene sus raíces en nuestra manera de caminar nuestro día a día. Virgo nos invita a una práctica, a una conciencia en nuestros hábitos, en un cuido de nuestro cuerpo como avatar y recipiente de la visión que queremos encarnar. Nos invita a la coherencia.
La alimentación, el descanso, el retiro, el trabajo, la rutina, la limpieza, el orden, en nuestra día a día, en nuestra agenda, en nuestras tareas, ahí tendremos un espejo transparente de cómo nos relacionamos con nosotros mismos. Esas pequeñas traiciones que superan nuestra voluntad, son como pequeñas agujas venenosas que intoxican nuestros sueños y anhelos, nos restan energía, nos cansan y nos devuelven al pozo del “no puedo”, “no se”, “no soy suficientemente bueno, buena”.
Ser íntegros con nosotros mismos ES cuidarnos. Si aprendemos a cuidarnos, cuidamos nuestras relaciones, cuidamos nuestros recursos, cuidamos el amor. Este es un buen momento para interrogar nuestros hábitos, para ver cómo nuestra sombra, cómo patrones ocultos actúan en nuestras pequeñas decisiones, y desde esta percepción hacer pequeñas y amorosas correcciones a medida que iluminamos nuestro día a día.
Lo que llamamos salud y bienestar es energía vital, es vibración. Si nos sentimos densos, cansados, desvitalizados, Virgo nos invita a poner nuestra conciencia al servicio de nuestro cuerpo y a usar todo nuestro coraje y nuestro valor para caminar nuestro día a día con amor hacia nosotros, con integridad, cuidándonos. Este es el mejor y más valioso servicio que podemos hacer desde nuestra individualidad entretejida en el colectivo. Buena luna llena!