La Rueda de la Vida tiene cuatro puertas, cuatro umbrales transitorios que nos hablan de nuestra relación con el Sol desde la perspectiva de la Tierra. Una puerta para cada estación. El Solsticio de Diciembre marca la entrada del Sol en la región del Zodíaco ocupada por Capricornio. En esta fecha el Sol se detiene en el cielo, y durante tres día se mantiene quieto en una misma posición. Este punto en la rueda del zodiaco en el que el Sol se detiene (la palabra solsticio quiere decir “sol detenido”) está alineado con lo que llamamos la Cruz Galáctica.
La llamada Cruz Galáctica se refiere a la geometría que forma la intersección de la elíptica de la Tierra alrededor del Sol con nuestra la Vía Láctea. Entre 1998 y 2044 el Sol , durante estas fechas, se detiene durante tres días en esta intersección. Muchos astrólogos y visionarios nombran este periodo de tiempo como el eje de un cambio de Era, de un eje temporal de transformación colectivo que se activa en cada Solsticio de Diciembre.
Hoy celebramos la presencia del Sol en esta Cruz formada en nuestro Cielo y de la cual somos parte. Toda narrativa galáctica es construida y experimentada desde la perspectiva de la Tierra, como cuerpo partícipe y viviente dentro de los movimientos celestes. La Tierra no es pasiva en la narrativa del Cielo, es la que nos ofrece el punto de vista, la percepción, el ángulo de visión, que nos permite integrar la realidad del Cielo. Como Ella, tampoco somos pasivos. Aceptar e integrar esta narrativa en nuestra vida es hacernos parte de esta visión, es unirnos a la danza de los planetas, a su geometría y su energía. Ser parte de la Tierra, ser la Tierra misma, es unirnos a las Estrellas y los Planetas en esta danza eterna. Somos partes de esta gran familia planetaria que nos mira desde arriba y que es nuestra casa.
Las civilizaciones antiguas siempre honraron estas fechas como manera de fortalecer este Vínculo Sagrado, esta relación con el Todo. Los Solsticios y Equinoccios son las puertas que nuestros ancestros honraron como sagradas oportunidades de alineamiento con las fuerzas estelares.
El Solsticio de Diciembre es nombrado como el Nuevo Año Solar. El Sol se detiene y nos invita a que nos detengamos con Él. El Sol se mueve ( y renace), y nosotros, nuestros deseos e intenciones, lo hacen con Él. Este es un momento en el tiempo propicio para sembrar una semilla, una intención o un deseo, de integración para nuestra vida. Este es un tiempo en que, de alguna manera, recapitulamos nuestro año Gregoriano, hacemos acopio de lo que hemos cosechado, de los recursos que tenemos, de los saberes integrados, y nos presentamos al Universo y a nosotros mismos en reflexión e integración.
Estos próximos tres meses el Sol transitará por los últimos tres signos de la Rueda del Zodiaco (Capricornio, Acuario y Piscis), por lo cual estamos en la culminación de un ciclo que comenzó en Marzo. Estos tres meses son vitales a la hora de posicionarnos hacia el Equinoccio de Marzo, ya que es con la entrada del Sol en el primer signo de la rueda del Zodiaco, Aries, que iniciamos un nuevo ciclo de creación y manifestación. El Solsticio de hoy es la puerta , el umbral, que nos lleva a un proceso de integración y discriminación importante a la hora de lo que queremos ver crecer en nuestra vida. Parar y tomarnos el tiempo es un lugar dinámico y creativo, ya que es la pausa y todo lo que de ella emerge, lo que nos abre las posibilidades de renovación y creación.
La oportunidad que nos ofrece el Solsticio es el detenernos como parte de un proceso dinámico de creación. En nuestra sociedad, gobernada por la ambición, la productividad y la competitividad, la conquista de resultados y éxito, el parar y/o retirarse, es estigmatizado como signo o de derrota, o de debilidad. Sin embargo, hacer un movimiento dinámico no implica ir hacia delante siempre. Hay un profundo y sagrado dinamismo en la pausa y la retirada que hace parte de la sabiduría de la madurez.
El Sol está detenido y nos invita a que nos detengamos con Él. En cada uno de nosotros está honrar este llamado o no. Este es un llamado a la claridad y a la intención de hacer un uso efectivo de nuestra energía y recursos. Capricornio preserva, conserva. La invitación a esta época es a cultivar la preservación y conservación de alguna expresión de nuestra energía y, desde ahí, contemplar nuestro camino, nuestra vida, nuestra realidad. Retiro que nos ofrecen la posibilidad de una distancia saludable. Distancia que nos ofrece claridad y perspectiva. La energía de Capricornio es fría, y este enfriamiento se expresa de manera constructiva y creativa en la medida que no huimos del recogimiento reflexivo e integrador al que nos invita. Es constructiva en la medida que aceptamos el movimiento interno como una estrategia de espera y paciencia que florecerá a medida que el Sol crece.
Nos podemos retirar de algunas relaciones, de círculos, o de proyectos. Nos podemos retirar de creencias, ideas e interpretaciones que hasta ahora han influenciado nuestra manera de ser, pensar y actuar. Nos podemos retirar de partes de nosotros que bajo máscaras y disfraces de protección entran en juegos que ya no nos nutren. Retirarnos de los vínculos (con personas, ideas, energía, situaciones) no es un signo ni de debilidad ni de rechazo, más bien es un acto de responsabilidad necesario para hacer acopio de nuestra energía y elegir cómo, dónde y con quién queremos invertirnos en el próximo ciclo que se abre. Parar con el Sol y poner una distancia razonable entre nosotros y el entorno que nos afecta nos ofrece un grado de seguridad básico y necesario para nuestro proceso de auto-preservación y crecimiento.
Con valentía nos retiramos de cualquier tormenta física, emocional y espiritual. Con valentía nos retiramos de contratos antiguos de desvalorización y abuso. Con valentía entramos en el frio silencio interior, ese lugar en el que Saturno, el regente de Capricornio, nos invita a madurar y elegir cómo queremos vivir y crear nuestro tiempo. Capricornio es un signo de poder y nos habla de un proceso de empoderamiento personal para movernos hacia delante con nuestros planes e ideas. Este empoderamiento pide límites y pide elecciones. Madurar es elegir. Elegir es reconocer que no lo podemos tener todo, a la vez, y que hay tiempos y momentos para cada cosa. Capricornio y Saturno están vinculados al compromiso, a ese lugar en nosotros que está dispuesto a entregar su tiempo y energía hacia un propósito. Estas son las fechas propicias para evaluar nuestros compromisos y las renuncias implícitas en ellos. ¿qué hemos de dejar atrás, o a un lado, para asumir plenamente el compromiso de nuestro corazón? ¿qué renuncia pide nuestro deseo de crecimiento? ¿con qué nos quedamos? ¿de qué nos despedimos?
La pausa del Solsticio nos invita al trabajo interno. En la quietud de nuestro Sol interno, espejo sincrónico de nuestro Sol Galáctico, abrimos el campo de potencialidades donde todo es posible. La renuncia a lo que creemos Ser abre las potencialidades de lo que podemos llegar a Ser. Aunque este proceso sea un misterio, por incierto y desconocido, es precisamente la iniciación y graduación de nuestro trabajo aquí en la Tierra. La maestría de la materia, la capacidad de manifestar, crear y construir realidades implica un proceso de alineamiento con la leyes naturales de la Tierra y el Cosmos.
Nos alineamos con este campo de posibilidades infinitas que nace del vacío que creamos desde la quietud. En este vacío descartamos e integramos. En este vacío, la semilla de nuestro deseo enraizado en la experiencia de los pasados nueve meses, se recoloca y se sitúa. Nutrimos nuestro deseo cuando dejamos de empujarlo hacia delante y nos detenemos a dialogar con él. En estos tres meses tenemos tiempo para alinear nuestra intenciones con la esencia de lo que deseamos.
Hay tradiciones y escuelas espirituales que negativizan el deseo como el vicio que nos ata a la rueda del karma, al apego a la materia e impide nuestra evolución y liberación espiritual. El deseo como fuente de dolor y sufrimiento es real en la medida en que nos aferramos al deseo, en la medida en que nos apegamos a los resultados, en la medida que el miedo y la carencia influencien nuestra intención, nuestro movimiento.
En el umbral del 2016, año en que estaremos de lleno bajo la instrucción de la Cruz Mutable, nuestra capacidad de adaptación al cambio será un don preciado. Esta capacidad de adaptación pide la maestría de sostener nuestro deseo, nuestra intención, sin aferrarnos a la manera y forma en que ésta se expresa. Cuanto más aferrados estamos a cómo creemos que deben ser las cosas, generamos más rigidez, dureza, fricción, frustración y sufrimiento. De ahí que necesitemos este tiempo de reflexión interna, ya que es desde el retiro y la introspección que podemos conectar con nuestro deseo profundo, ese que late en la oscuridad, ese que, detrás de los deseos condicionado, nos llama de vuelta a casa.
Todo aquello que no esté alienado con nuestras intenciones necesita ser revelado, visibilizado. De ahí que estos próximos tres meses es un tiempo en que podemos sostener el foco de nuestras intenciones en medio de lo que emerge, nos guste o no. Tenemos múltiples direcciones y oportunidades y, sin una pausa reflexiva, ¿cómo saber desde qué parte de nosotros elegimos? Para que algo nuevo emerja, necesitamos dejar ir lo antiguo, lo que ya no nos sirve. Este Solsticio nos invita a soltar la energía antigua para que una nueva energía pueda expresarse en nuestra vida. Una nueva energía que mostrará sus colores en Marzo.
Estamos de cara a enormes transformaciones que nos piden que nuestra capacidad de elegir esté afinada con nuestra intención más sagrada. Hay un llamado a cuidarnos del juicio y de la severidad de nuestra crítica, hacia nosotros y hacia los demás. Si estamos atrapados en laberintos mentales de dureza y dudas sobre nuestras capacidades, este es un tiempo para cambiar esta estructura interna que nos gobierna. La autoridad está ahora en nosotros mismos. Este es el momento para remangarnos y responder a los desafíos que emergen de nuestro interior. Solo así podemos crear el cambio que soñamos.
El ingreso del Sol en Capricornio es mañana, 22 de Diciembre, por la mañana hora de España. El 25 tenemos una Luna llena en Cáncer, signo opuesto a Capricornio. El día de la Luna llena, Urano recupera su marcha directa, tras su movimiento retrógrado iniciado en Junio de este año. Tiempo de cambios, giros, sorpresas y nuevos rumbos que por ahora están latentes en nuestro interior y que poco a poco irán desplegando su narrativa.
Publicaré el artículo de la Luna llena el 24 o el 25.
Buen Solsticio!
Excelente!
Muy bueno!gracias!
Gracias genia 🙂
Muy esclarecedor tu articulo me parecio brillante .
gracias !!!!!!
Muchas gracias Paloma por tus escritos! Me ayudan muchísimo a ver las energías disponibles y a recorrer el camino. Abrazos afectuosos desde Argentina.
Muchísimas gracias Paloma!! Quería preguntarte si todavía haces las cartas natales?? besoosss!!!
Date: Mon, 21 Dec 2015 12:22:01 +0000 To: luvimi@hotmail.es
Sí, Virginia. Escríbeme a consultaluna@gmail.com
Un abrazo!