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luna llena y eclipse lunar en leo :: encarnar el fuego sin quemarnos ::

La Luna llena en Leo abre la temporada de eclipses del 2017. Hoy tenemos un eclipse lunar en Leo y el 26 de febrero tendremos un eclipse solar en Piscis. Las dos semanas entre eclipses son un tiempo de reprogramación y de actualización de nuestra energía, visión y deseo. Es un portal en el que se amplifica el poder de los astros en nuestra vida y -en sincronía resonante- el poder de nuestra intención consciente. Es un tiempo de renovación en el que nos posicionamos abiertos al cambio, dispuestos a dejar ir las energías involutivas, con la conciencia de que este proceso es vital para que nuestro camino evolutivo se visibilice y materialice. Este proceso de reprogramación nos pide presencia, atención y propósito. Lo que pensemos o creemos entre eclipses es como un fractal que irá desplegando su narrativa a lo largo de los próximos seis meses y hasta un año.

Hay eclipses que tienen el poder de impactar nuestra vida de una manera tan profunda que sus efectos repercuten por años. De ahí la importancia de invocar el cuidado y la atención a la hora de posicionarnos en este umbral del misterio. Los desafíos y las oportunidades del cambio reclaman nuestra presencia responsable. Es en momento como estos que crecemos en conciencia. Nos reconocemos como parte de un proceso creativo cósmico que nos pide una medida equilibrada de humildad y voluntad, de entusiasmo y de mesura. Esta es la clave a la hora de relacionarnos con la magia y el misterio de los eclipses.

Los eclipses revelan lo invisible, los patrones ocultos que limitan la evolución del alma. Los ejes nodales son los portales por los cuales el Dragón del Cielo transita la línea evolutiva de nuestra vida y la de la humanidad. Un portal descendente que nos habla del pasado kármico que se ha de liberar y otro portal ascendente que nos habla del camino del dharma, ahí donde nos abrimos a lo nuevo.

Por eso los eclipses suelen ser portales en que situaciones o personas tóxicas desaparecen de nuestra vida. La renovación que nos trae el eclipse nos pide una entrega, una capacidad de aceptar y dejar ir los espacios en los que la energía antigua se expresa para abrazar valientemente lo nuevo. A mayor resistencia e ignorancia, a mayor el bloqueo, más potente y desgarradora se puede llegar a sentir la fuerza evolutiva del eclipse. De ahí que la valentía y la humildad sean nuestras guías para traspasar los límites e imposiciones de creencias antiguas que condicionan nuestro ser y estar.

La pasada temporada de eclipses actuó en el eje de Piscis y Virgo. En la rueda evolutiva del zodiaco este eje nos habla del cuerpo evolutivo de la sanación. Nos habla del despertar de la conciencia a través procesos somáticos y de cómo el tiempo-espacio-vínculo entre el alma y el cuerpo hacen parte de este eje. Los cambios y transformaciones que se dan aquí se expresan a través de los reinos sutiles del alma encarnados en la materia orgánica que es nuestro cuerpo.

Es probable que estos pasados 18 meses hayamos pasado por un proceso de actualización energética y espiritual que ha tenido un impacto tangible en nuestra salud. O viceversa, nuestro cuerpo y sus voces-síntomas han abierto la puerta a un despertar espiritual y una expansión de nuestra conciencia. En este ir y venir entre la verdad del cuerpo y la verdad del alma hemos recordado como fortalecer su conexión, diálogo, relación. Actualización que ha propiciado cambios en nuestras prácticas y rutinas a favor a una expresión más coherente e íntegra de nuestra energía.

La disociación que hayamos podido reconocer entre alma y cuerpo, entre espíritu y materia, nos ha dado la oportunidad de tejer un puente de conciencia y de poner luz en las áreas de nuestra vida que reflejaban esta separación. Este es un buen momento para recapitular cómo en los pasados 18 meses hemos adquirido una conciencia de auto-cuido, de respeto a nuestro tiempo y espacio, y de honra a nuestras necesidades más básicas. Este mes culmina esta fase evolutiva. Nos queda un último eclipse en Piscis -el 26 de febrero – que hace de colofón y síntesis de este proceso. Es probable que en este tiempo podemos cosechar los frutos de nuestro compromiso y sentir la revitalización y renovación de nuestra energía.

El eje nodal cierra su estancia en Piscis Virgo en Mayo de este año, por lo cual estos próximos meses nos revelarán los ajustes finales necesarios para optimizar nuestra energía y salud. Energía y vitalidad que necesitaremos para sostener el fuego del Nodo Norte en Leo durante un año y de la fecundación solar de Venus en Aries (el 25 de Marzo y que abre un ciclo creativo de 18 meses).

En estas pasadas semanas ha habido mucha actividad en el signo de Piscis en las que hemos revivido un sentimiento de caos, de agitación y turbulencia emocional y espiritual. Las aguas se han agitado para mostrarnos las áreas en que podemos refinar y seguir actualizando nuestra capacidad y maestría en el cuido de nuestra energía. Piscis suele activar memorias emocionales transpersonales que se expresan a través de nuestro cuerpo de dolor. Memorias en las que los hilos de nuestras experiencias traumáticas -vividas en carne, heredadas por sangre, o como parte del colectivo- nos invitan a seguir profundizando en encontrar el tiempo y el espacio para hacer cambios significativos en nuestra manera de encarnar, canalizar expresar y compartir nuestra energía. Un cambio que apunta hacia una manera más libre, auténtica, creativa y gozosa de ser, expresarnos y crear.

En Leo tenemos un pie hacia el futuro que se abre y en Piscis tenemos un pie hacia el pasado que se cierra. Esta transición la hemos sentido en estas semana en varios frentes y con varios síntomas. Si recapitulamos los pasados días es probable que hayamos sentido una agudización de síntomas físicos y energéticos de agotamiento, carga, pesadez, lentitud, melancolía, desconcentración, dispersión, confusión, caos emocional. Viejas heridas se han activado, y en algunas casos, con suficiente intensidad como para poner en tela de juicio nuestro camino, propósito, deseo. Es probable que entre la Luna llena de Enero y la Luna llena de hoy hayamos pasado por una crisis existencial, de identidad o de salud que nos ha movilizado hacia una necesidad urgente de cambio. Esta crisis tal vez se ha expresado a través de la agudización de un dolor, sea físico o emocional. Focos virales, infecciones, contracturas, problemas digestivos y migrañas, tristeza, depresión y miedos son algunas de las voces de este proceso. Este es un proceso de limpieza y sanación previo a la fuerza transformadora de los eclipses. Este es un proceso de desintoxicación, alineación y actualización necesario para sostener el fuego solar creativo que empezamos a encender con esta Luna llena en Leo.

A la vez que hemos podido experimentar esta necesidad de descanso y recogimiento, una fuerza visionaria se abre paso ofreciéndonos el potencial de los nuevos paisajes y los nuevos caminos de nuestra alma. Visión que toma forma de deseo. Deseo que como chispa nos habla de amar lo que somos y hacemos. Chispa que nos habla de una verdad interna que está lista y madura para crecer y brillar.

En estas pasadas semanas Marte y Venus transitaron del agua de Piscis al fuego de Aries incendiando nuestra voluntad con la chispa del deseo y la pasión. Los amantes del zodiaco juntos en Aries nos invitan a valientemente a reclamar el gozo, la pasión y la libertad de ser como un derecho, como una obligación. Esta es la fuerza motora del cambio. Este es el nuevo paradigma que hemos de encarnar en cada uno de nosotros. Esta es nuestra contribución. Esta es la voz de este año.

Es probable que las semanas previas al eclipse hemos sentido un ir y venir entre el colapso energético y la esperanza. Entre el desasosiego de sentir cómo las memorias del pasado siguen nutriendo nuestra percepción y el entusiasmo de conectar con una nueva visión que nos inspira a ir hacia delante. Estas dos energías nos acompañan durante las dos próximas semanas entre eclipses. Por lo tanto entre la Luna llena de hoy y la Luna nueva en Piscis del 26 de febrero tenemos una oportunidad importante de caminar con conciencia y foco esta dualidad energética que danza en nosotros .

Hay varias maneras en que lo podemos hacer. Si tomamos en cuenta que la Luna estará menguando, y que las dos semanas entre la Luna llena y la nueva son propicias para soltar y hacer vacío para la fecundación solar de la Luna nueva, entonces el tiempo entre eclipses amplifica el potencial de la liberación consciente de las cargas del pasado.

Es un buen momento para soltar lo que ya no nos inspira, lo que no enciende el fuego de nuestra pasión y amor. Es un buen momento para distanciarnos de situaciones en las que no nos podemos expresar libre y espontáneamente. Situaciones en las que tenemos que mitigar nuestra fuerza expresiva. Situaciones en las que tenemos que comportarnos de determinada manera, sin margen al error, al juego, a lo inesperado. Situaciones en la que le entregamos el poder a otros de decidir cómo hemos de ser y expresarnos. Es un buen tiempo para soltar relaciones o situaciones en las que nos adaptamos a las exigencias y necesidades de otros y que invocan un sentimiento de inhibición, sacrificio o censura en nosotros. Es un tiempo para cultivar y fomentar situaciones y relaciones en las que nos sentimos libres, donde compartimos abiertamente, en gozo y disfrute, en la que creamos y recreamos juntos energía sana, proyectos vitales comunes, encuentros nutritivos.

Este es un tiempo en el que nos podemos dar cuenta de que hay energía bloqueada en nuestro corazón. Un bloqueo que nos habla de nuestro miedo a ser y a expresarnos en confianza y libertad. Una energía que necesita salir, que quiere rugir y expresarse, que dice : estoy aquí, vivo, soy, soy amor, amo, soy luz, , brillo, soy sol.

Con el Eclipse en Leo abrimos un tiempo en que nuestro proceso evolutivo nos pide que honremos este nuevo ser que emerge dentro nuestro. Una nueva voz, un nuevo proyecto, una nueva identidad quiere nacer, quiere salir, quiere ser. Este eclipse en Leo nos dice que ya no nos podemos esconder, que ya no hay escusas para no brillar, para apagar nuestra luz porque pueda intimidar o molestar a otros, porque nos es apropiada, porque es diferente. Observemos lo que nos tira hacia abajo, lo que nos hace sentir pequeños, inválidos, poco valorados e invisibles. Observemos lo que nos hace sentir como si no hubiese lugar para nosotros y para nuestra visión, como si no fuéramos suficiente, adecuados. Interroguemos las situaciones o personas que detonan estas sensaciones en nosotros. Demos un paso en conciencia y valentía y elijamos soltar estas amarras. Tomemos las riendas de quienes somos y quien queremos ser. Expresémoslo. Hagámoslo visible. Entreguémonos a la Luz. Esto nos pide Leo, guardián del templo del Ser.

El despertar del fuego creativo al que esta Luna nos convoca -y que nos acompañará el resto del año- puede que tenga que pasar por la rabia y la ira para abrirse paso. Tal vez el enfado es la fuerza vital necesaria para desbrozar la madeja de la desvalorización y el desamor, la negación y los condicionamientos sociales y vinculares que nos reprimen en nuestra expresión. Esta Luna nos invita a encontrar la manera creativa y expresiva de canalizar este enfado. Este es un enfado que nos despierta. Es un enfado que le da voz a nuestro despertar. Este es un enfado que nos levanta en dignidad y honra. Este es un enfado que abre el camino creativo. Cuanto más lo reprimimos o lo tratamos de domar más crece. No se puede ignorar, solo necesitamos canalizarlo de forma a que no dañe ni nos dañe.

Esta Luna llena en Leo nos habla de una renovación creativa. Nos recreamos a imagen de los que queremos ser. No recreamos a imagen de los que somos en esencia y verdad. Nos recreamos en libertad. Este proceso nos invita a reconocer los desafíos vinculados a la expresión de nuestro brillo en público. El Sol en Acuario nos recuerda que tenemos espectadores, que nuestro Yo Soy, es parte de un tejido tribal, comunitario. Que nuestra expresión individual no está aislada del mundo y que lo que clamamos para nosotros, lo que tomamos para nosotros, hemos de darlo y ofrendarlo generosamente a los demás. De ahí que la línea fina bajo este eclipse –y el resto del año- es que este proceso de afirmación personal sea manejado con responsabilidad y discriminación.

Nuestro primer grupo, nuestra primera tribu, nuestros primeros vínculos son nuestra familia. Una cosa es expresar nuestro deseo desde nuestra esencia y otra es reclamar y exigir a otros la atención y el reconocimiento que no hemos recibido en el pasado y que no sabemos darnos hoy. La línea es fina y es probable que -a mayor o menor grado- todos tengamos que aprender a modular la llama del fuego de nuestro ego para que la del espíritu se exprese con integridad. En esta transición es vital preguntarnos si estamos dándole voz a nuestra niña o nuestro niño interior de manera consciente y sana o si estamos armando pataletas infantiles buscando atención y validación. Heridas de infancia emergen en nuestro paisaje expresivo creando dramas y desequilibrio. Es importante interrogar de dónde nace nuestra necesidad de ser vistos y validados. Esta Luna llena puede revelar las estrategias tóxicas -o saludables- de expresar esta necesidad de ser auténticos.

El peligro con este fuego creativo es que si no tenemos una buena base construida, si no tenemos una buena tierra en la cual anclarlo, se puede mover y propagar con fuerza y velocidad arrasando y destruyendo a su paso sin control. Saturno en Sagitario le da ancla a esta Luna estabilizando este poder que emerge y dándonos madurez y paciencia para dirigir su fuerza. Esto nos habla una buena dosis de coherencia, disciplina, foco y responsabilidad para dirigir este potencial expresivo y creativo. Esto implica una buena salud, un buen equilibrio energético, que nace de nuestro cuerpo consciente, de nuestro fuego digestivo, de nuestras prácticas espirituales y corporales. Esta es la alquimia de la transición del Nodo norte de Virgo a Leo. Necesitamos las prácticas de auto cuido y humildad adquiridas en Virgo para poder sostener el crecimiento expansivo del fuego creador de Leo.

Es el fuego de nuestro amor y nuestro corazón el que abre el camino. Es el fuego de nuestro Sol. Es el fuego de nuestra sangre que bombea, que nos da la vida y el poder para sostenernos íntegros y auténticos. De brillar y emanar nuestra luz y esencia. Si este fuego no tiene anclas fuertes y sanas desde el cual crecer y emanar su poder, nos hiere. Si nuestro cuerpo no está sano y fuerte, si está tóxico o débil, no podemos sostener este fuego, nos quema por dentro en vez de expresarse. Esta combustión interna es la que moviliza las toxinas emocionales y físicas, las visibiliza.  Este año nos pide que nos hagamos cargo de cómo se expresa nuestro fuego ya que así como crea también destruye. Nos pide que manejemos el arte de encarnar el fuego sin quemarnos.

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8 respuestas a “luna llena y eclipse lunar en leo :: encarnar el fuego sin quemarnos ::

  1. Proceso intenso y satisfactorio.
    Gracias por esta generosa guia astrólogica mensual. Orienta, recomforta, sana 🙂
    La lunita ya va menguando. Piscis esta al llegar!! PAZ

  2. Gracias Paloma por tu entrega, me ha gustado tu forma de expresar el lenguaje de los astros. He resonado con lo que dices, y vivenciado lo que señalas, atenta con humildad y voluntad para los pasos venideros. AbraZIAte Colmado de mi más Pura Esencia!!!

  3. Hola, muchas gracias por tu blog, lo he seguido durante los últimos meses y lo que dices esta muy conectado al proceso terapéutico que he estado viviendo. Agradecido por tu trabajo, con afecto desde Chile

  4. Muy interesante, y me llevó a reflexionar sobre tantas cosas vividas, soy canceriana con ascendente en picis y luna en aries , imposible dejar de recibir tanta influencia!! A trabajarlo… Gracias.

  5. Hermosa reflexion sobre los eclipses en especial sobre el eclipse lunar en Leo
    Leo siempre es explosivo y todo lo demuestra y siente al maximo por eso es lider nos seduce con el brillo y belleza de su fuego pero es necesario vivirlo yobservarlo como cuando lo encendemos comenzar sin quemarnos encenderlo y alimentarlo paso a paso para que dure y no queme y se devore muy rapido su magia e irlo renovando todo el tiempo y asi el color y fulgor de sus llamas nos atraera y perdurara
    Es mi sentir siempre que Leo con su atraccion deslumbrante aparece en cualquier Constelacion Universal nos provoca sentimientos explosivos a los que debemos apaciguar para que nos brinde su calor espiritual que es maravilloso pero al que muchas veces debemos apaciguar para no quemarnos
    Por todo esto me gusto tanto tu frase ENCARNAR EL FUEGO SIN QUEMARNOS
    Por eso agradezco a Soledad de los Ayres mi nieta haberme enviado este texto

    1. Qué lindas palabras sobre Leo, Berta… es así. Gracias por compartir un poco de tu fuego. Y qué hermoso nombre el de tu nieta! un abrazo, Paloma

  6. Muchas gracias Paloma por tu envio. Quería ya decírtelo hace tiempo.Muy bueno, me ha gustado la primera lectura, pero… Me lo «miraré» con cariño, tiempo y sed, mas detenida-menteUn e-abrazoMarisa 

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