Mañana cruzamos el umbral de la Luna llena en el signo de Libra. Libra es un signo que nos habla de la necesidad de equilibrio, de armonía. Esta Luna llena nos habla de armonizar opuestos. Armonizar lo que nuestra mente nos dice con lo que nuestro corazón nos muestra. Armonizar nuestro dolor con nuestro gozo. Armonizar la luz con la oscuridad. Armonizar la familia con el trabajo, la seguridad con la libertad, la visibilidad con el recogimiento. Armonizar el yo con el otro. Encontrar el equilibrio entre el interior y el exterior, la expansión y la contracción.
Esta Luna llena en Libra visibiliza los equilibrios y desequilibrios, internos y externos, sus narrativas y sus lecciones. Voces que nos llevan de un lugar a otro. Voces que nos piden atención, tiempo, energía. Voces contradictorias, voces en conflicto, voces buscando resolución, integración, reconciliación.
Las primeras dos semanas del Nuevo Ciclo Lunar nos muestra la impronta de lo que va a crecer y evolucionar a lo largo del próximo ciclo solar de 12 meses. Esta fuerza -impregnada por la valentía de la semilla- se manifiesta en estas dos primeras semanas del ciclo. Es el salto, el empujón, la fuerza que rasga la densidad y la espesura de los viejos pactos y condicionamientos. Es la fuerza que desplaza la energía del ciclo anterior. Es la fuerza del nacimiento. Es el desprendimiento del vientre de la Madre.
En estas dos semanas, ocultas detrás de nuestra realidad cotidiana, emergen narrativas arquetípicas vinculadas a nuestro nacimiento, a nuestra relación con nuestra madre -cómo se dio este vínculo con nuestra madre y cómo esta impronta reverbera en nuestro presente. Escenas infantiles, miedos primarios, patrones de rechazo, de no sentirnos aceptados, escuchados o adecuados pueden estar actuando detrás de escenas laborales, vínculos de pareja y amigos y círculos y comunidad en el hoy.
Entre la Luna nueva en Aries y la Luna llena en Libra se despiertan multitud de voces dentro de nosotros. Voces de crecimiento, entusiasmo y expansión. Voces que en la medida que conectamos con el deseo, la visión y la voluntad de nacer -ser y crear- nos inspiran a dedicarnos tiempo. Nos invitan a invertir nuestro tiempo en focalizar nuestra energía. Esta fuerza está dentro de cada uno de nosotros, disponible, buscando un canal de expresión, un cauce para manifestarse.
Este es un tiempo propicio para canalizar la energía en trabajo, tareas, proyectos. Si no estamos activos, si no tenemos un foco, propósito para focalizarnos es probable que sintamos fragmentación, confusión, miedo, ira y frustración. La energía creativa necesita expresarse, sino nos come por dentro. Esta Luna llena nos revela cuán focalizados o fragmentados estamos.
La retrogradación de Venus de Aries hacia Piscis se da precisamente en el punto de la rueda evolutiva astrológica vinculada a los momentos previos a nuestro nacimiento y a toda la información genética que traemos. Venus retrograda hasta el 15 de Abril, día que recupera su marcha directa con una conjunción exacta con Chirón, el sanador herido. Chirón sana a través de la recuperación de nuestra historia, a través de la sanación del olvido, del trauma y la disociación. Chirón sana uniendo las partes fragmentadas de nuestro ser.
Otras voces acompañan nuestra voluntad creativa. Voces que emergen de lo más profundo de nuestra memoria. Voces que vienen a recordarnos nuestras limitaciones. Antiguas prohibiciones, miedos y bloqueos. Algunas vinculadas a nuestra llegada a la vida. Vinculadas al ecosistema al que llegamos y crecimos. Vinculadas a nuestros vínculos primarios, a nuestras memorias de pertenencia, acogida, amor y nutrición . Vinculadas a los códigos y creencias que desde esta impronta prenatal, natal y de infancia temprana nos condicionan hoy.
Si además tomamos en cuenta que Saturno en retrogradación en Sagitario hace una cuadratura con Venus y Chirón en Piscis, podemos profundizar en la narrativa que esta sanación nos ofrece.
Hay una dureza, exigencia, autoridad cuya violencia ya no podemos sostener. Nos pide que enfrentemos a nuestro juez, abusador, acosador interno. Nos pide que interroguemos las relaciones en la que actuamos de jueces, o somos juzgados por otros. En las que abusamos y nos dejamos abusar. La Luna en Libra siempre nos va a hablar de las proyecciones y de los enemigos que vemos en los demás, o cómo los demás nos ven como enemigos.
Una alerta bajo esta Luna -y el resto del mes- es a ir con cuidado con nuestros reclamos y reivindicaciones. Hay una sanación profunda vinculada a las heridas causadas por los prejuicios, el abuso de la autoridad, las falsas acusaciones y el costo que han tenido y tienen en el tejido del alma colectiva estas heridas. En esta narrativa hay muchas memorias de trauma transpersonal y personal. Antes de actuar o hablar, es recomendable interrogar quién se expresa a través nuestro. Esta Luna tiene un tono destructivo y volátil que merece nuestra atención. Lo ideal es mover la energía de manera creativa.
Esta configuración astrológica también nos habla de la rigidez de nuestra creencias espirituales y/o religiosas y de lo limitantes que pueden ser a la hora de expresar la autenticidad de nuestro ser. El dogma que nos domina pide liberación. El juez que nos condena quiere morir. Esta es la astrología de nuestro tiempo. Y está en cada uno de nosotros contribuir a esta liberación reconociendo cómo y cuándo actuamos de castigadores, de fiscales, de represores. Y es, en la medida que hacemos un trabajo interno con la liberación de nuestro gozo y deseo, que veremos cómo estas voces dominan partes de nuestro ser.
Además Saturno está en conjunción con el Centro Galáctico, lo que le da una dimensión universal a lo que está aconteciendo en nuestro mundo interno. El Centro Galáctico nos habla de una narrativa trascendente de profundo cambio colectivo para la Humanidad que pasa por un proceso de individuación, liberación y conciencia personal. Nuestra sanación está integrada a la sanación del colectivo. El poder que le demos a cualquier forma de violencia en nuestra vida íntima y personal, repercute en la narrativa de la violencia colectiva que nos rodea. Está en nuestras manos -en las de cada uno de nosotros- darnos cuenta del enorme potencial de transformación colectiva que a través de nuestras elecciones y decisiones personales tenemos.
Usar de escusa la narrativa del colectivo para no responsabilizarnos por nuestro bienestar es la trampa de este momento. De ahí que la fuerza y la valentía del Yo Soy solar de Aries, nos invita a presentarnos, expresarnos, ser lo más auténticos, libres y soberanos posibles. Este proceso de individuación nos habla de un camino interior. Con Venus, Mercurio, Júpiter y Saturno retrógrados las respuestas están dentro de nosotros, no fuera.
Para quien tenga el ojo interior abierto, esta es una temporada en que las viejas formas, tomen voz de herida, memorias, frustraciones o ira, se expresan. No hay manera de huir de ellas. Si cultivamos la conciencia y si nos tomamos el tiempo, las podemos escuchar, acoger e integrar. Son las partes fragmentadas y exiliadas de nuestro ser que -ante el impulso de nuestras partes más dinámicas, creativas y conquistadoras de lo nuevo- temen y retienen la energía. Las hemos despertado por la fuerza de nuestro deseo, las hemos levantado de sus pozos ocultos. Ahora, que las hemos despertado, ahora que con el poder de nuestra voluntad de expresarnos y materializar deseos de gozo, libertad y abundancia, las hemos activado ¿qué hacemos con ellas? ¿las juzgamos? ¿las reprimimos? ¿nos avergonzamos? ¿las volvemos a exiliar ignorando sus mensajes? ¿sucumbimos a su poder?
La clave de este tiempo está en comprender que la fuerza evolutiva de nuestro deseo necesita de estas partes rescatadas de nuestra alma para crecer y evolucionar. Sin ellas no puede seguir hacia adelante. Eso que deseamos es un territorio nuevo (físico, vincular, creativo, material, espiritual) y necesita energía renovada, energía vital para abrirse paso. Así como la semilla crecida necesitará de la composta para enraizarse con fuerza, nosotros necesitamos acoger lo que emerge de lo oscuro para transformarlo y convertirlo en la energía nutricia que contribuye al nuevo ciclo de crecimiento.
Cuando queremos ir hacia la luz -cuando queremos expandirnos- sin contar con la fértil humedad de nuestras lágrimas, con la sincera profundidad de nuestros duelos, con la conmovedora belleza de nuestra biografía -por más dura que ésta haya sido- entonces nos topamos con un límite, con un muro. No avanzamos.
Si no honramos nuestro dolor, si no sabemos como integrarlo a la unidad de nuestro propósito, seguimos fragmentados. Esta fragmentación nos agota. No tenemos suficiente energía para levantar nuestro deseo, nuestro sueño.
Necesitamos la fuerza de nuestra integridad energética para crecer. De ahí que el camino hacia la integración de nuestras partes disociadas inevitablemente visibiliza una profunda herida de desamparo, de no pertenencia, de nos sentirnos bienvenidos, amados, vistos, reconocidos, aceptados, apoyados, cuidados. Esta herida se abre para mostrarnos los lugares que necesitan ser vistos, valorados y validados, acogidos, amados. Lugares a los cuales podemos llegar con una profunda compasión hacia nosotros mismos, nuestra historia, el trauma que nos marcó, nuestro linaje. Lo que sea que nos atormenta necesita nuestro amor. Ese amor hacia nosotros mismos es la fuente de toda posibilidad de conexión íntegra con lo que nos rodea y nos importa. Nuestro deseo crece y se nutre gracias a la fuerza del amor que generamos cuando unificamos nuestra voces fragmentadas. Unificar en torno a un centro, un eje, un lugar en nosotros.
Si no tenemos este lugar reconocido y habitado -si no sabemos como honrar el tiempo espacio necesario para centrarnos, sentir, observar, acoger las emociones, memorias y creencias que emergen- entonces estamos oscilando, con mayor o menor intensidad o drama, entre estas voces. Ira, crueldad, desconfianzas, acusaciones, proyecciones, violencias simbólicas o explícitas nos muestras el rostro de reclamos antiguos no atendidos. La inercia, la apatía, las distracciones vanas, las adicciones a todo y nada difuminan nuestra energía en un no tiempo, un no lugar. Y el péndulo se balancea de un extremo al otro, buscando centro, integración.
Esta Luna llena en Libra nos habla de un columpio que se mueve de arriba hacia abajo, de adentro hacia fuera. Un columpio fuera de control, un columpio extremo.
Si el proceso de integración de nuestras partes fragmentadas no es acogido de una manera interna, entonces estamos inmersos en la danza de los espejos de fuego. Espejos en guerra. Proyecciones extremas. Acusaciones, juicios y reproches.
Sensaciones de agravio y de profunda insatisfacción e irritación se pueden escenificar en relaciones próximas. Bajo esta Luna, si no hemos hecho un trabajo interno, nuestros vínculos nos harán de maestros.
Esta Luna nueva nos habla de la fuerza poderosamente liberadora y sanadora de honrar a nuestros rivales como maestros sagrados. Si no hemos reconocido las voces de la desvalorización y del desamor dentro nuestro, cada vez que nos conectamos con el poder de nuestro deseo, se despiertan energías contrarias. Si no hemos reconocido a nuestro mayor enemigo -esa voz interna que cada vez que nos acercamos al poder del gozo nos dice, “tu no puedes”, “quien te crees que eres”- entonces proyectaremos esa mirada fuera de nosotros. Necesitaremos que otros hagan de verdugo en nuestra vida, para mirar aquello que tanto tememos.
Esas energías contrarias son nuestras. Y si no las reconocemos, vendrán de una manera de otra, de afuera, a mostrarnos su rostro. Vienen para que las reconozcamos. Quienes asumen el rol de ser nuestros contrarios y desafían nuestras esencia, nuestro espacio, nuestra presencia y valor, por más irritantes que sean, cumplen una función. Sus proyecciones desafían nuestros consensos. Son quienes nos revelan los límites de nuestras creencias y nos motivan a ser auténticos, a mostrarnos y compartirnos desde la esencia de nuestro ser. Nos motivan a creer en nosotros.
Esto no escusa ni justifica ningún tipo de invasión, ni el abuso, ni la violencia, y menos aún coloca la responsabilidad en las víctimas de abuso o violencia. Solo nos habla del poder de las fuerzas contrarias y nos indica que la mejor manera de neutralizar estas fuerzas es haciendo un profundo trabajo de amor y compasión con nosotros mismos. Solo el amor, el deseo, la creación -el vínculo sagrado con nosotros mismos- genera la energía y la fortaleza para cuidarnos y protegernos ante lo que nos hace sentir vulnerables y desprotegidos.
En este sentido, no somos víctimas. Este nos ser víctimas nos habla de una recuperación de nuestro poder creativo. Poder que nos ayuda a poner límites cuando es necesario. Poder que nos da la valentía para confiar en nuestros instintos y no dejarnos acosar, presionar, manipular o dominar. Poder que nos hace vibrantes y fuertes y nos permite reconocer la energía del rival, sin que nos hiera o perturbe. Entonces desde este lugar podemos poner límites sin sentir culpa, porque entendemos que cualquier ataque es solo un reclamo de amor no reconocido. Cualquier juicio es un reflejo de lo que no se recibió en la infancia. Desde este lugar podemos poner límites compasivamente y con firmeza. Desde este lugar nuestro deseo, nuestro camino interno, nos cuida y nos protege.
Por último, Mercurio comenzó su marcha retrógrada en Tauro hace dos días. Tal vez sintamos la frustración de no poder o no saber cómo comunicarnos con los seres que amamos. Esta Luna llena puede mostrar las heridas y las limitaciones en nuestra manera de comunicarnos.
El mes de Abril será un mes de escucha y de intentos de crear puentes sanadores con la palabra. También de ir hacia adentro para encontrar las palabras que expresen las partes fragmentadas de nuestro ser que retornan a casa. Tal vez podremos al fin nombrar algo que necesitamos. Tal vez encontramos la valentía para cruzar la frontera del vínculo con alguien y nos “arriesgamos” a ser vulnerables, íntimos, verdaderos. Tal vez encontramos la voz del perdón y podemos acercarnos a alguien que nos ha herido, o que hemos herido.
Este puede ser un tiempo de desnudez, de levantar las máscaras y mostrar quienes somos, de corazón. Desde este lugar más sincero tal vez podemos expresar nuevas necesidades y deseos que generan nuevos pactos y consensos. La relaciones se renuevan con la intención y la palabra. Los compromisos que nos han unido a determinadas personas necesitan una renovación y una actualización. Estas semanas se revelan útiles para explorar, escuchar, con lentitud y paciencia, lo que necesita ser visibilizado. No es tanto un tiempo de pactos sellados, como de cocrear juntos espacios seguros y de nutrición mutua.
Esta Luna llena en Libra nos invita a usar la madurez y los límites de Saturno para crear junto a otros una realidad consensuada. Nuevos marcos de creencias, nuevos valores, nuevos propósitos que encuadran nuestras relaciones.
Es importante estar de acuerdo en lo que compartimos y cómo lo compartimos. Estar de acuerdo en los valores compartidos -pactar- requiere trabajo, compromiso, disciplina, esfuerzo y voluntad. La sombra compartida, la frontera de la vulnerabilidad, el ser realmente vistos y escuchados hacen parte de este proceso. Si tomamos en cuenta que la mayoría de nosotros compartimos la profunda herida de no sentirnos vistos, entonces, hagamos el esfuerzo de mirarnos y escucharnos. Lo que más necesitamos es la intimidad y la confianza de mostrarnos como somos, de compartirnos en nuestra esencia.
Podemos empezar por decirnos a nosotros mismos en el espejo : te veo, te escucho, te honro.
:: Las fechas de los próximos talleres de Alquimia Lunar están aquí :: en Abril en Madrid y en Junio y Julio en Barcelona ::
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Johan
Muchas gracias me sentía desorientado y después de leer me siento fortalecido
Gracias infinitas Paloma!!!! Este artículo esclareció y fortaleció muchas convicciones sobre las que vengo trabajando dese hace algún tiempo. Sabio y amoroso texto que me ayuda a amarme y a aceptarme para lograr dar paso a la energía creativa y al gozo. Bendiciones para vos!
Muchas gracias por compartir ❤
Gracias por conectarnos con el amor profundo a través de tus acariciantes y maternales palabras. La verdad es que siento que estoy pasando todo el proceso al que haces referencia. Super acertado y profundo para tomar como instrumento de autovaloración y autoconocimiento.
Gracias
Hola Paloma, recién hoy pude leer el texto de esta» luna en libra,» … que esté la luna en libra me impactó porque por supesto soy del signo, nací el 11 de octubre de 1953. Y lo más impactante que desde hace como un mes empecé a tomar siertas desiciones, en modificar tratamientos terapéuticos, concretar proyecto de viajes, reducir horarios de trabajo y proyectos de nuevos emprendimientos. Pero la sensación más fuerte fue la de sentirme libre, como que traspasaba la dependencia. Y conjuntamente con fueza, dinamismo y alegría con lo que hago y decido. Muchas Gracias y Fuerte Abrazo!!! desde Buenos Aires , Argentina. Ana
Gracias Paloma por hacer de puente hacia una claridad espíritu/mental.
Tus palabras encienden el
Motor de la integridad y la responsabilidad amorosa para con uno mismo…. y para con los demás seres….. el ser presentes en nuestro propio camino es algo tan necesario y a veces tan olvidado.
Honro tus palabras y sabiduría.
Gracias
Gracias por la luz!
Gracias! un buen mapa para navegarme en este mar de luna, agua, tierra y sol!
Gracias, gracias, gracias eternamente agradecida cada que te leo! ❤
leerte es como oir a una maestra amorosa y sanadora, muchas gracias.
Una vez mas ,gracias !!! 💜💛💚
Gracias Paloma.
Me encanta tu medicina pues me siguen dando espacio comprensivo a mi misma, a mi proceso, a mi evolución y a mi crecimiento sincero.
Me veo, me escucho, me aplico la compasión a mi misma: me amo, me bendigo y me honro!!!
Y asi voy dando la bienvenida a todas esas partes de mi que necesitan ser reconocidas, vistas y integradas, y asi ocupen su lugar relajandose y entregando la energia congelada.
Namaste Paloma Mensajera.
Gracias,
Carlota R-C Iza
Coach en Cambio Generativo
609.51.65.09
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Gracias por la sabia y amorosa guía de su texto