Nuestros sueños y visiones no se realizan sin Saturno. Esta es la realidad. Saturno nos habla del camino del iniciado, la iniciada. Nos habla del proceso de aterrizar la visión a tierra. Ese camino que implica levantar piedra a piedra la casa de lo que somos y de lo que deseamos materializar. Ya sea un proyecto, una relación, un cambio vital, sin Saturno integrado, es difícil que se sostenga y crezca. Es difícil que sobreviva al tiempo. Hacer realidad implica tener una relación consciente y respetuosa con el tiempo y sus lecciones. El tiempo es la escuela de Saturno.
Saturno nos enseña la lección del pragmatismo -el valor de lo práctico-, virtud necesaria para bracear las limitaciones del proceso de realización. De ahí que sea una energía vinculada al discriminar, a la paciencia, a la continuidad, a la capacidad de sostenernos largos periodos de tiempo inmersos en un proceso. Proceso que -con sus altos y sus bajos- nos desafía a no rendirnos ante las limitaciones y dificultades de materializar una visión.
Cuando está bien integrado y alineado, Saturno es la medicina de los emprendedores y las emprendedoras. Emprender implica invertirnos y sostenernos en la tarea; implica no distraernos, no desilusionarnos, no desmoralizarnos ante las dificultades. Es una energía poderosa que pide mucho de nosotros ya que, sin compromiso, sin disciplina y sin estructura, no podemos realizar nuestras metas. De ahí que Saturno sea un signo de madurez. Es con la edad y con la experiencia que honramos el don del error, la función del límite y el valor del compromiso.
Saturno gobierna las piedras, los huesos, los dientes. Es la base. Es una energía antigua. Es anciana. Como tal, merece respeto y honra. Saturno nos pide que respetemos las leyes de la materia.
Saturno es el dios del tiempo. Es el dios del karma. Sin Saturno no hay cuerpo. Sin Saturno no crecemos. Sin Saturno no hay vida y, sin embargo, este dios devora a sus hijos. De ahí que el manejo de la energía de Saturno represente una maestría. Su carencia y su exceso es devastadora. Saturno nos habla de la medida justa y de la precisión con la que nos administramos energéticamente. Nos habla de la medida justa de nuestra inversión. Nos habla de la medida justa del límite que ponemos y nos ponemos.
Saturno es palabra pesada para los espíritus rebeldes y/o soñadores poco enraizados en la tierra. La rebeldía irreverente de Urano quiere quebrar las leyes opresoras del Maestro de la Materia. La visión trascendente de Neptuno quiere escapar de los límites contenedores del Maestro del Tiempo. Saturno nos limita. Nos dice no, así no. Su límite nos duele. Nos entristece su prohibición.
Nos reconocemos espíritus libres y creativos, y Saturno aparece cíclicamente en algún área de nuestra vida para hacernos mirar hacia el pasado y recapitular sobre nuestra inversión de tiempo y compromiso. Nos hace recapitular sobre la función de nuestros errores. Si sentimos esta llamada como un juicio, un regaño o una crítica destructiva, es probable que en el proceso Saturno esté desenmascarando una herida con la autoridad y con los procesos de aprendizaje. ¿qué he hecho mal?, nos preguntamos cuando las puertas no abren a nuestro paso por arte de magia. Saturno nos ofrenda la realidad y desmonta toda fantasía.
Con Saturno sentimos que la energía se estanca, nos sentimos atrapados en ciclos del pasado de los cuales nos rebelamos, queremos escapar, no encontramos salida. Y repetimos lección. Y volvemos a un lugar que rechazamos. Saturno deprime. Saturno oscurece. Saturno duele.
Duele porque nos muestra nuestro infantilismo, nuestra inmadurez, nuestra adicción a visiones idealistas que no sabemos cómo encarnar en la tierra. Saturno nos hace aterrizar de la nube en la que nos refugiamos y escapamos de la densidad de la materia. Saturno nos enfrenta al autoengaño. Nos enfrenta a esa parte de nosotros que se resiste a crecer. Quiere que nos hagamos responsables de nuestra existencia y nos dice: “sin responsabilidad no hay libertad. Sin respeto no hay libertad. Sin límites claros no hay libertad”.
Quienes tienen un Saturno equilibrado son grandes administradores porque saben la justa medida y el justo tiempo para cada cosa. Saben reconocer su voz, escuchar sus consejos pragmáticos, y también saben no caer en la trampa de la exigencia despiadada. Ponen sus lecciones a buen uso, enfocando la energía en la superación del obstáculo, interno o externo, en vez de instalarse en la queja. La poderosa medicina que nos ofrenda este arquetipo es la maestría y madurez necesaria para poner y sostener límites sin necesidad de excedernos en la dureza, la rigidez y la exigencia.
Todo exceso genera desequilibrio. Y la ausencia de autoridad, de límites, es tan tóxica como su abuso. De ahí que Saturno rija las medidas, las herramientas, el tiempo. Hay un tiempo para todo y la maestría está en reconocerlo y administrarlo. Hay un tiempo para abrir puertas, otro para cerrarlas.
Otra medicina de Saturno es el discernimiento. La capacidad de reconocer la acción apropiada. Saturno cuando no está equilibrado enjuicia severamente y condena la realidad dentro de unos márgenes rígidos. El peligro, entonces, es su frialdad implacable, su exigencia opresora.
Esta energía se expresa como la voz internalizada de una autoridad materna o paterna no digerida que ha congelado o disociado las partes más libres, espontáneas y lúdicas de nuestra psiquis. Esta es la voz de la dictadora o el dictador interno, que nos recuerda que “no lo hacemos bien”, que “no sabemos”, que nos devuelve a un lugar de sumisión y obediencia.
Esta voz internalizada se expresa desde el inconsciente como un boicot al cambio, como una negación a salir del patrón represor. Si no lo tenemos carteado a nivel psíquico es fácil que se exprese en nuestra vida a través de obstáculos, puertas que se cierran, dificultad en expandir nuestra energía creativa, carencia material, austeridad emocional, miedo al juicio y a la crítica externa, entre otras voces que nos pueblan.
Las leyes autoritarias, represoras e intransigente, son la voz de Saturno. Lo que llamamos el sistema patriarcal es la voz de Saturno. Ese jefe o jefa que necesita la jerarquía para dominar y hacer valer su poder, es la voz de Saturno. Es la voz del sistema que no deja crecer -evolucionar- nuestras subjetividades. En este contexto, ¡qué necesaria la energía de Urano para sacudirnos de la obediencia rancia a las leyes conservadoras que frenan el espíritu evolutivo! De ahí que la humanidad lleve siglos en la danza de la opresión y rebelión, dictadura y revolución. De ahí que luchemos “en contra” de la opresión.
Sin embargo, esta lucha no tiene ninguna sustancia a largo plazo (Saturno) si no hemos hecho el trabajo con la autoridad interna. De ahí que muchos movimientos revolucionarios acaben con el tiempo siendo represores. De ahí que sujetos libertarios en su juventud, acaban siendo conservadores con la edad. De ahí que en proyectos que plantean una visión evolutiva nos encontremos con jerarquías ocultas y prácticas autoritarias ambiguas. Sin una comprensión de que estas energías danzan dentro de nosotros constantemente, estamos a merced de las narrativas del inconsciente colectivo.
Y así como a nivel colectivo Urano nos habla de la necesidad de ruptura con la realidad consensuada de Saturno, Neptuno también nos invita a salirnos de los bordes de un sistema que limita nuestra experiencia de la totalidad. Más allá de ser los guardianes conservadores de la tradición -del orden y de la ley (Saturno)-, o más allá de declararnos guardianes de la libertad y del derecho a desobedecer las dictaduras de las viejas formas (Urano), Neptuno nos dice que todo esto es una ilusión. Quiere que vayamos más allá del juego, que rasguemos los velos de la polaridad binaria y que descubramos que todo es uno, que no hay separación. Neptuno nos lleva más allá de la materia al mundo del ensueño y nos aleja de la gravedad de Saturno. Sin embargo, y esta es la paradoja planetaria, sin Saturno, no podemos encarnar la visión de Neptuno.
De lo que se trata es de encontrar el diálogo creativo y el equilibrio entre estas fuerzas energéticas para encauzarlas hacia el foco de nuestra conciencia. En estos momentos la narrativa de Saturno está tomando fuerza dentro de nosotros. Este planeta ha estado en retrogradación durante todo el periodo de eclipses, junto con Mercurio y Marte también retrógrados. Lo que sea que se haya desarmado durante el periodo de los eclipses está ahora mostrando su nueva estructura y nos está pidiendo un cambio de posicionamientos en algunas áreas de nuestra vida. Estas áreas dependen del lugar en el que se encontraba nuestro Sol el día de nuestro nacimiento.
¿cómo se revela la lección de Saturno para cada signo? Esta es una pequeña guía que nos ayuda a ubicarnos, a comprender e integrar dónde necesitamos una Toma de Tierra Sagrada para caminar el sueño, para crear nuevas realidades. Ve a este enlace :: SATURNO EN CADA SIGNO :: Esta guía funciona para el signo solar y para el ascendente. A menudo una combinación de ambos mensajes nos ofrece mayor claridad.
Hola Corazón. ¡Un millón de gracias por tan clarificadoras palabras! _/\_
Casualmente tengo a Saturno en Capricornio, junto con Plutón y la Luna Negra en la Casa 5 (pegado a la Casa 4) en mi última Revolución Solar antes de mi último cumpleaños (16-12-2017).
Me lo tengo que estudiar bien. No termino de ver por qué «mi» Saturno no me provee de lo que necesito, o creo que necesito, para cumplir mi Misión sin apuros económicos.
Es cierto que ando, quizás demasiado «en las nubes» y poco en Tierra.
Paloma bella, te sigo desde la distancia y acudo al camino de las estrellas en aras de comprender, lo que pasa en el cielo, el cosmos dentro de mi. Gracias por compartr tu sabiduria y tu belleza ….te llevo en mi corazon…Andre
Este texto, los horóscopos guías del paso de Saturno, tus palabras…Lo que me sucede es que cada vez comprendo más profundo su dimensión de cartas de navegación y de brújulas éticas, estéticas, políticas. Herramientas para nuestros trayectos y nuestro accionar co-creador con las estrellas, tal y como tu lo nombras. Muchas gracias, Paloma. Enormes gratitudes, desde mi corazón profundo.
Gracias Paloma, si todas tus pausas son tan productivas…se nota que tienes buen rollo con Saturno!
Besos
ja ! Ana. Es un buen rollo en proceso 🙂 Un abrazo!
Gracias por poner en palabras lo que sucede y aportar claridad en estos momentos. Lo que me gustaría saber cuánto dura este influjo.
Ana
Hola Ana, El tránsito de Saturno por Capricornio hasta mediados del 2020. El reajuste de su marcha directa hasta el 11 de diciembre de este año.