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:: luna llena en Cáncer :: el liderazgo del cuido ::

Saludos a todas y todos,

Esta luna llena nos habla del cierre del 2018 y del inicio del ciclo evolutivo del 2019 :: acabo de publicar un primer artículo sobre la astrología de este nuevo año :: TIEMPO AGUA :: CONSTRUIR LA ESPERANZA ::

:: luna llena en Cáncer :: el liderazgo del cuido ::

El nodo norte de la luna está en Cáncer. Este es el signo que guía nuestro movimiento evolutivo por los próximos 18 meses. Cáncer (juntos a su opuesto, Capricornio) también acogerá este próximo año la fuerza transformadora de los eclipses.

Hoy cruzamos el umbral de la luna llena en el grado cero de Cáncer. Unas horas antes de la luna llena el sol hace su entrada en la constelación de Capricornio (solsticio de diciembre). Esta sincronía nos habla de un cierre y el inicio de un ciclo.

A partir de esta luna llena empezamos a navegar las energías del 2019, un año en el que estamos llamados a encarnar, honrar y valorar las virtudes vinculadas con el signo de Cáncer.

La luna llena de mañana nos conecta con la luna nueva en Cáncer del pasado mes de julio en el que tuvimos un primer eclipse en este signo. Este primer eclipse en Cáncer abrió la puerta a temas vinculados a la familia (padres, hijos, nietas y abuelos), a la casa (geografía), al cuerpo (alimentación y cuido) y a las emociones (inseguridad, miedo, vulnerabilidad).

Una capa más profunda del arquetipo de Cáncer nos habla de un sentimiento de seguridad -o inseguridad- con relación al futuro. En estos meses muchos hemos sentido la base de nuestra seguridad emocional sacudirse, lo cual nos ha hecho interrogar y reevaluar nuestras necesidades y prioridades más esenciales. Estos movimientos activan memorias -a veces muy antiguas- y nos hacen experimentar sentimientos de vulnerabilidad existencial no carteados antes.  La raíz de este proceso evolutivo está vinculada a interrogar nuestro sentimiento de pertenencia. Cáncer despierta en nosotros el deseo-sentimiento de pertenecer.

Cáncer nos lleva al origen, a la raíz, al inicio. También nos habla de nuestra herencia: esa continuidad energética en la cual nos podemos apoyar. Este puede ser un tiempo en el que se revela una inseguridad primaria, una sensación de soledad, aislamiento, desarraigo y exilio que pide atención, presencia, compromiso, cuido.

Cáncer es un signo cardinal : inicia, propone. No es un signo pasivo. La energía cardinal de Cáncer nos habla de la voluntad de vincularnos, de conectar e intimar. Nos habla de un liderazgo orientado al cuido.

Cuando hablamos de voluntad hablamos de la fuerza y de la capacidad de permanecer enfocados en un propósito a pesar de las distracciones y los intereses externos. La voluntad de cuidar nuestras relaciones es crucial para construir y habitar un tiempo compartido. Pide destreza, presencia, madurez, compromiso. Pide que honremos el arte de poner límites y de respetarlos.

Cáncer es un signo que se endurece para protegerse. La rigidez de sus límites es proporcional a su vulnerabilidad, su delicadeza y su sensibilidad. Desde este lugar, esta luna llena en Cáncer (y las semanas previas a su culminación), revela los espacios y situaciones en los que hemos sentido el imperativo de cuidarnos, de protegernos.

Protegernos implica sentirnos seguros, sentirnos cuidados. Implica honra nuestra energía, escucharnos. Implica presencia y límites. De ahí que esta luna llena en Cáncer también revela los lugares en los que estamos llamados a madurar, a crecer, a liderar a través de nuestros límites.

Nadie tiene que respetar nuestros límites salvo nosotros mismos. Tal vez nuestra herencia es que, en nuestro pasado, en nuestra infancia, otros no respetaron nuestros límites. Tal vez lo que hemos aprendido es a no ser escuchados, a no ser honrados y valorados en nuestra necesidad más íntima. De ahí la importancia de que hoy, en el presente, como adultos, seamos nosotros mismos los que nos escuchemos y honremos. Seamos nosotros mismos los que nos pongamos el límite a un exceso de receptividad, apertura, sensibilidad. Esta luna llena pide que honremos el auto cuido como un camino de liderazgo. Solo así podemos cuidar a otros: sabiendo lo que queremos y lo que no queremos. Nombrándolo y asumiendo la responsabilidad de lo que sentimos cuando nos colocamos en este lugar con claridad.

El límite es una práctica que pide que estemos conectados con nuestra verdad, pide claridad y pide que estemos atentos a registrar cómo nos sentimos. Si expresamos nuestro límite una o dos veces y otra persona no puede recibirlo, escucharlo y honrarlo, entonces depende de nosotros retirarnos, o no, del vínculo. Esto implica acoger cómo nos sentimos sin juzgarlo. Implica asumir la valentía de no escondernos. Implica asumir las consecuencias de nuestro liderazgo.

Asumir la responsabilidad de nuestro liderazgo vincular implica una capacidad de responder de manera plena y con el corazón ante lo que nos duele, ante lo que nos hiere. Esto implica ser capaces de reconocer y sentir el dolor, el sufrimiento y la sombra, de una manera amorosa, compasiva. Este es un proceso que cuando es honrado, cuando lo caminamos como una práctica consciente, revela con mucha claridad el camino que estamos llamados a recorrer, el trabajo que estamos llamados a realizar. Es en nuestros no, que encontramos el poder de nuestros sí. Y son nuestros sí los que abren la puerta a nuestros propósitos.

Es honrando aquello que nos duele -por más ínfimo (o ridículo) que le pueda parecer a otros (o a nosotros mismo)- que vamos alimentando nuestra voluntad de liderar cuidando. Porque es honrando -momento a momento- con atención plena aquello que nos duele que podemos reconocer y acoger el dolor de otros y el dolor del mundo. Y es desde esta conexión de lo íntimo y personal a lo colectivo que podemos tejer un nuevo liderazgo para nosotros y para el mundo.

El tema con el sentir plenamente nuestra sensibilidad, vulnerabilidad y dolor es que muchas veces en vez de acogerlo lo que hacemos es intentar espiritualizar nuestras emociones a través de un positivismo evasivo que enmascara y encubre la verdad de lo que realmente sentimos. Porque para estar presentes hemos de dejarnos ver -y escuchar-, por lo tanto, arriesgarnos al rechazo, al abandono. Y este es un lugar que nos pide valentía, integridad y amor propio.

La necesidad constante de positivar nuestro pensamiento está motivada por un miedo profundo a enfrentar lo que realmente somos. Sobretodo implica mirar nuestras partes más desafiantes, nuestros secretos tejidos en culpas y vergüenzas mortificantes.  Y ahí estamos, encallados en el juicio espiritual, en la creencia de que lo que sentimos es inaceptable, en la exigencia de ser y sentir otra cosa.


Y esta necesidad de llevarlo todo al pensamiento positivo nos impide descubrir la verdadera esencia de nuestro ser. Nos impide conectar con la paciencia eterna que abrazada por capas de compasión infinita -abrazada firmemente por las raíces de nuestro ser – nos ayuda a aceptarnos incondicionalmente. Sin esta aceptación, ¿cómo nos podemos corregir? ¿cómo podemos aprender, madurar? ¿cómo podemos reparar lo que necesita ser reparado?

Tal vez bajo la luz de esta luna llena en Cáncer podemos honrar los vínculos en los cuales nos sentimos bienvenidos, en los cuales la pertenencia toma de la mano a la aceptación y juntas tejen vínculos que se construyen tomando en cuenta la variedad de sentimientos que nos atraviesan. Tal vez bajo esta luna podemos comprometernos a dejar de exigirnos tanto, a dejar de juzgarnos tanto, a dejar de querer dominar y controlar tanto.

Esta luna llena mueve nuestras aguas. El agua se mueve desde adentro, hace circular las memorias, desprende patrones antiguos. Esta luna llena abre la puerta a las energías del 2019, año de mareas, año de navegaciones -internas y externas-. Año en el que aprendemos a echar el ancla a tiempo. Año en que aprendemos a levantarla a tiempo.

El 2019 es un año en que honramos la brújula de nuestros sentimientos para seguir nuestra estrella, para llegar a casa. Casa bosque, casa árbol, casa relación, casa niñas y niños, casa pareja, casa cuidado, casa familia, casa alimento, casa amor.

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9 respuestas a “:: luna llena en Cáncer :: el liderazgo del cuido ::

  1. Eternas gracias Paloma que descifras y conjugas este tiempo y codificas sus mensajes. Tan acertada siempre, tan presente tu narrativa. Tan cercana tu voz, dedicación y amor que compartes.

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