luna nueva en Leo :: dignidad creativa

Saludos a todos y todas,

He estado unos meses ausente de la consulta astrológica, cuidando el proceso de una mudanza transatlántica. Después de 13 años en Cataluña estoy ahora instalada en Puerto Rico. Profundamente agradecida por la oportunidad de caminar este cambio, presente en cuerpo y alma, estaré ahora en servicio a través de Luna de Abril desde la tierra que me vio nacer.

La primera semana de Septiembre abro la consulta astrológica hasta fin de año. Las personas interesadas en una consulta conmigo les invito a que se acerquen a esta página. Aquí encontrarán la información de la consulta y el enlace del calendario para hacer la cita. Los espacios son limitados.

Bendiciones de luna nueva

Paloma

:: Luna nueva en Leo :: dignidad creativa ::

El miércoles primero de agosto cruzamos el umbral de la luna nueva en Leo mismo día en el que Mercurio recupera su marcha directa en Cáncer. Después de la intensidad y complejidad del mes de julio, esta luna nueva en Leo abre la puerta a un valle, un descanso que no solo nos permite integrar el cambio -la intensa transformación acontecida durante el mes de julio- sino que también nos ofrenda un tiempo espacio en el cual explorar las soluciones creativas a los nuevos desafíos que enfrentamos.

Venus, la luna y el sol hacen una cuadratura con Urano en Tauro, lo que implica que también hay resistencias a integrar y acoger estas soluciones creativas al cambio y, a la vez, es inevitable abrazar las nuevas formas, los nuevos modelos (vinculares, creativos y económicos) que quieren expresarse.

Julio nos trajo los eclipses en el eje de Cáncer y Capricornio, y la retrogradación de Mercurio de Leo a Cáncer. Al recuperar su marcha directa, Mercurio, como mensajero que es, se hace portavoz de la información que los eclipses han activado, dentro y fuera de nosotros. Información que merece digestión ya que son capas profundas las que se han movilizado.

Desde Cáncer esta información resuena y se registra en lugares muy profundos, instintivos, incluso telúricos. A medida que Mercurio cobre velocidad -y entre nuevamente en Leo, el 11 de agosto- esta información irá tomando una nueva forma, irá emergiendo hacia una nueva expresión. También el 11 de agosto Júpiter recupera su marcha directa en Sagitario. En torno a esta fecha, estemos atentos a las oportunidades de clarificación y apertura en áreas que la energía ha estado estancada, o turbia.

En este mes de agosto, a partir de esta luna nueva en Leo, entramos en una fase en la que la palabra, el sentimiento y la acción (Mercurio, Venus y Marte) entran en un proceso de colaboración -creativa y práctica- que nos acompaña todo este mes, incluso entrado el mes de Septiembre. No queremos desaprovechar la oportunidad de participar de la creación de un nuevo orden, para nuestra vida, en nuestras relaciones, en nuestra comunidad. De ahí que en este momento, la escucha abierta, la integración del caos emocional que hemos (sobre)vivido, el fortalecimiento de nuestra confianza, son algunas de las guias y pautas en las cuales enfocar nuestra energía.

Los eclipses han desatado un nudo muy rancio y antiguo. Lo reconozcamos claramente o lo sintamos de manera sutil es inevitable constatar que las cosas han cambiado. Para algunos de nosotros este cambio puede ser radical, como una marea que nos arropó y llevó nuestro barco a puerto desconocido. Para otros el cambio se ha dado de manera paulatina, lenta, como si un velo se resgara y viéramos por primera vez cómo el abuso, el mal uso del poder, la dictadura -de algo o alguien- dominó nuestra vida, y ya no lo hace más. Esto puede haber tomado forma de despertar, de liberación o de separación. Puede ser sutil y poderoso, dramático y radical, sencillo y práctico, lo importante, bajo esta luna nueva en Leo es reconocerlo y honrarlo.

La dictadura de una creencia de desmerecimiento y desvalorización -tan antigua que la habíamos hecho nuestra- revela que no, que no somos esa pequeñez que no tiene voz, que no se expresa, que no puede entregar su palabra con presencia y con dignidad. Tenemos mucho que decir y es tiempo de hacerlo. Ya sea porque tenemos conversaciones pendientes, textos que publicar, propuestas que redactar, nuevos pactos que crear, es tiempo de darle espacio a la palabra que brota de la ruptura, de la fisura que del viejo orden se ha abierto. Esta palabra viene de las profundidades del agua, del hueso y emerge, lentamente hacia la luz. Un vez en Leo se solarizará y moverá lo que tenga que mover en las direcciones propicias para nuestro crecimiento evolutivo.

La dictadura de obedecer ¿a qué? ¿a quién? ¿qué lealtad nos ha silenciado? ¿la creencia que esa era la casa de nuestra pertenencia? ¿de que aquí estariamos seguros, seríamos cuidados y amados? Sí, algo se rasgó para revelar que eso -tan profundamente falso- tuvo tanto poder sobre nosotros. Ese despertar es una semilla que irá creciendo y cogiendo fuerza. Ese despertar es solo el comienzo de un proceso que nos acompaña todo el 2020.

Los eclipses han sacudido la base, la raíz, el eje ancestral del linaje -madre padre, sistema y estado- para separarnos de lo que nos limita para evolucionar. Esta separación, este rasgar -por momentos desgarrador- nos dice que parirnos libres de estas dictaduras (internas y extrenas) también implica un morir. Ya no somos los mismos.

Durante el mes de julio -antes y después de los eclipses- una serie de tránsitos añadieron mucha tensión a esta sensasión de peligro, de muerte, de miedo y también de valor, de coraje, de dignidad. Esta polaridad con fuerza danzó dentro y fuera de nosotros para mostrarnos que las energías planetarias nos empujan a evolucionar y que estos eclipses han sacudido nuestra raíz para poder movernos.

Mercurio tuvo una danza prolonganda con Marte, Marte la tuvo con Plutón. Estas son fuerzas que merecen mucho respeto y que, mal encauzadas, pueden causar destrucción. Sin embargo, son fuerzas evolutivas potentes, y aunque para muchos haya habido un revivir de los traumas que nos han condicionado a ser y expresarnos de determinada manera, es también la crudeza de esta energías la que han permitido que lo que era imprescidible que se moviera, lo hiciera. De ahí que ahora toque integrar, cuidar, escuchar para seguir hacia el nuevo territorio que se ha abierto. Un territorio que en este mes de agosto -y entrado septiembre- se revela lleno de potenciales creativos, a la vez que abren paso a un nuevo orden en nuestra vida.

Julio ha tenido un sabor a pérdida, a renuncia, a despedida, y también ha sido un parto, un brote de algo que dice, sí, sí puedo hacerlo de otra manera, hay otra vía, la veo, la siento, se ha abierto un apuerta. Esta luna en Leo no invita a honrar este nacimiento, a nutrir y cuidar lo que ha brotado, a reconocer la oportunidad. Nos invita a darle voz, a expresarnos, a darle color, a moverlo en el campo del gozo para afirmarnos en el valor de reconocer que nos hemos liberado, independizado, de algo que nos esclavizó largamente, a nosotros y a nuestro linaje.

Quienes han sobrevivido y han sanado las heridas del abuso saben que la dignidad es la fuerza que se alza como un rugido y que abre paso para la expresión de nuestra verdad, de nuestro ser. Leo es el signo de la dignidad sagrada. Esta es la expresión de un reconocimiento profundo de lo que somos, de quienes somos, con nuestros límites claros, para afirmar que en nuestra casa, en nuestro templo ya no se profana la verdad de nuestro ser. Que en nuestra casa y en nuestro templo se cuida la vida, se ama al amor.

¿Y qué es la profanación? es la inconciencia de usar los recursos ajenos sin permiso, de entrar donde no ha habido invitación, de no pedir permiso, de dar por sentado que podemos ocupar la casa, el cuerpo, el territorio de otros. Profanamos de tantas maneras el templo del respeto.

Nuestra ignorancia es proporcional al olvido, al olvido de nuestro brillo, de nuestra esencia, al olvido de lo que somos. La profanación es la barbarie que estamos haciendo con el planeta, con los niños y las niñas, con los puebos abadonados a su misera, con el futuro. La profanación es dominar la narrativa, querer ganar y prevalecer, abusar del poder y la confianza que se nos ha entregado. La profanación es creernos más y mejores que otros y otras.

Entonces los leones y las leonas guardianes de los templos sagrados del ser y de la conciencia, guardianes de los fuegos que han sido custodiados por el amor de nuestros ancestros, del poderoso corazón que somos -y que resuena en cada latido con el cosmos- dicen presente en esta luna. Los honramos. Son los custodios del fuego de nuestro corazón.

Esta luna nueva nos invita a recomponernos, a sacudirnos de las dudas y a seguir levantando esta conciencia de ser, de valer, de merecer cuidar la vida. Nos invita a encarnar la dignidad de crear nuestra vida en nuestros propios términos, en beneficio de nuestro bienestar, todas nuestras relaciones y nuestra comunidad.

Buena luna, bellas siembras y buen camino.