luna llena en Leo :: el corazón en el centro

Este lunes nuestra amada abuela Margarita ha volado a las estrellas. Me siento todavía muy atravesada por la noticia y el sentimiento. La abuela es familia.

En el umbral de esta luna llena en Leo siento honrar aquí su vuelo con estas primeras palabras que emergen de mi alma. Se quedan cortas para expresar lo que siente mi corazón abrazado al misterio.

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Mi corazón late contigo, abuela. Te reconozco eterna en mi y multiplicada en todos los corazones que vibramos contigo. Tu estela de fuego alumbra nuestros pasos, nos inspira a seguir y cuidar los caminos de flores y celebraciones que nos has ofrendado.
Ya te escucho susurrar dulces versos a los niños y las niñas en torno al fuego. Ya te escucho reír con la familia.

Hoy te lloro agradecida, y me regocijo de haberme reflejado en tus hermosos ojos de enamorada. De haberme reconocido en la complicidad de tu mirada.
Abuela, eres la amada. Eres el bosque, el libro de la vida, el poder del trueno, la belleza encarnada.

Siento la continuidad de tu legado vivo en mi.

Gracias abuela por recordarme cómo darme a la vida con plenitud, integridad y valentía. Gracias por recordarme la intención de sembrar mi palabra en cada paso que doy. Gracias por el gozo eterno de estar contigo y la familia, junto al fuego del amor. Junto al fuego de la vida. Junto al fuego de la unión.

Gracias por tanto, abuela. — Paloma

Luna llena en Leo :: el corazón en el centro ::

Mañana cruzamos el umbral de la luna llena en Leo. Leo es el signo del sol. Signo del fuego del corazón. En Leo honramos el latido de nuestro corazón.

El sol está en conjunción con Júpiter en Acuario. El 30 de enero Mercurio inicia su movimiento retrógrado en Acuario, hasta el 20 de febrero.

Marte en Tauro hace una cuadratura con el Sol en Acuario y la luna en Leo. Hay tensión. La energía es explosiva y -a la misma vez- contenida. Es como una grieta que se mueve, y lentamente abre una brecha.

Leo, Acuario y Tauro son signos fijos, les cuesta el cambio, el movimiento. Marte se quiere mover. Está en Tauro. La imagen es la de un toro que se prepara para la embestida. Si hay enfado, si lo hemos contenido, puede que bajo esta luna alguna situación detone nuestra repuesta reactiva.

Acuario nos da la oportunidad de desapegarnos, de poner distancia entre lo que nos provoca, y nuestra reacción. Puede que en lo personal el desapego sea una buena estrategia. Podemos evitar algunos dramas y situaciones volátiles y explosivas si elegimos no entrar en el campo del conflicto.

En lo colectivo, es más difícil.

La narrativa colectiva domina la expresión personal. Acuario no es flexible en sus ideas ni en cómo las comparte. Quien domine las ideas, domina la mente grupal. Júpiter expande el poder del consenso grupal.

Quien no esté de acuerdo queda fuera. Censurado. Silenciada.

Sin embargo, el hecho de que muchas personas “piensen lo mismo” no lo hace verdadero. Bajo esta luna podemos sentirnos exiliados, excluidos de la narrativa, del grupo, de la corriente colectiva.

Es en Acuario que encontramos el principio de la propaganda. Cada grupo con su panfleto defiende la verdad que cree custodiar. Bajo esta luna llena convergen muchas palabras. Interpretaciones. Versiones. Contradicciones.

Mercurio agita los debates mentales, las argumentaciones. Mercurio convence.

Necesitamos un corazón fuerte para sostener nuestra verdad.

Y nuestro corazón late. Siente.

Acuario es un signo comunitario y libertario, sí, pero necesita a su polaridad (Leo) para expresar este valor en el colectivo. Es decir, la libertad predicada en el colectivo puede ser un bello ideal, pero para encarnar este ideal con integridad necesitamos el fuego de Leo. El fuego de corazón.

La mente de Acuario sin el corazón de Leo es peligrosa. Es peligrosa en la medida que deshumaniza. Deshumaniza porque se olvida de sentir.

Esta luna llena en Leo ilumina nuestro corazón.  También alumbra el drama de reconocer cómo la narrativa mental del colectivo domina el potencial expresivo de nuestro corazón. La tensión y brecha entre lo que sentimos y lo que podemos expresar se hace evidente.

La luna llena en Leo alumbra las necesidades individuales que sacrificamos en el altar del bienestar colectivo. La pregunta es : ese llamado al bienestar colectivo ¿quién lo dirige? ¿qué intereses tiene?

De la censura a la persecución -a la intimidación y a la represión- hay un paso muy corto.

Lo que sentimos desde el corazón -ese fuego del cual somos custodios, ese fuego del ser- si no se expresa, se apaga. Si se apaga muere.

No hay proyecto colectivo sin subjetividades soberanas y creativas. No hay proyecto colectivo sin verdaderas afiliaciones afectivas. No hay proyecto colectivo humano sin arte, sin celebraciones, sin ceremonias que nos guíen en el camino de nuestra experiencia humana (y humanitaria).  Recordar cómo sentir y expresar desde lo individual es nuestra mayor contribución al colectivo.

Si dejamos de sentir, de reconocer nuestra verdad sentida a través del fuego de nuestro corazón, perdemos el pulso que nos une y conecta en círculo, en unión. Sin nuestro corazón nuestra mente es vulnerable a narrativas que manipulan y usurpan nuestrasoberanía creativa . Nuestra soberanía creativa está anclada en nuestro corazón. Nuestra mente a su servicio.

Esta luna llena nos invita –nos guía- a recordar juntxs cómo unir nuestros corazones en círculo.

Si las voces del colectivo limitan los espacios de expresión creativa críticos de la narrativa consensuada, si limitan las reuniones afectivas, si limitan los abrazos solidarios, si limitan la soberanía sobre nuestros cuerpos ¿hacia dónde nos lleva? ¿hacia dónde vamos cuando seguimos las narrativas del colectivo sin interrogarlas? ¿hacia dónde vamos si nos censuramos?

Júpiter y el Sol en Acuario quieren expandirse en interconexión comunitaria vincular y creativa. Quieren abrirse paso. Conectar con la visión, el futuro que queremos ver crecer, el potencial cuyo crecimiento queremos cuidar desde nuestros corazones unidos en un mismo propósito. Algo nuevo quiere nacer a través de nuestra creatividad colectiva. Eso que solo puede hacerse en grupo. Eso que es imposible hacer solxs.

¿qué potencial nos necesita unidos creativamente -y afectivamente- para manifestarse? ¿qué lugar tiene nuestro corazón en esta narrativa?¿con qué visión y narrativa colectiva nos podemos comprometer de corazón?

La Luna en Leo refleja la visión de Acuario desde el corazón del ser. Nuestra mayor aportación es cultivar el fuego de nuestro corazón. Es lo que ofrendamos al colectivo.

En estos momentos el imperativo colectivo es tan urgente que lleva a un segundo plano nuestras necesidades creativas y subjetivas. Una cosa es lo que nos influencia desde el colectivo -desde la mente grupal-, y otra es lo que vibramos en nuestro corazón. Esta luna nos ayuda a diferenciar entre la verdad de lo que sentimos y la verdad que nos venden o imponen.

La pregunta es ¿qué lugar tiene nuestro protagonismo en la narrativa colectiva?

Esta luna llena en Leo revela nuestra necesidad de expresarnos, de visibilizar nuestro fuego interno. ¿qué necesitamos compartir con el mundo desde nuestro corazón?

Ahora mismo Mercurio está directo en Acuario. Cuando retrograde, a partir del 30 de enero, tendremos tres semanas para evaluar las influencias narrativas del colectivo en nuestra visión de futuro. Este es un tiempo propicio para discriminar que historias hemos apoyado, y si es relevante seguir haciéndolo.

Algunas revelaciones del colectivo impactan nuestra visión personal y nos ayudar a revisar nuestros acuerdos, nuestros compromisos, nos ayudan a situarnos en la visión que queremos crear y a la cual queremos constribuir. No es tiempo de decisiones finales. Por lo menos hasta el 20 de febrero. Hasta entonces, con el corazón en el centro, somos testigos del cambio que toma el rumbo y la historia colectiva. Nos situamos primero adentro, para afuera, cuando es el tiempo, ocupar nuestro lugar.